¿Qué ocurre en nuestra cabeza cuando escuchamos música
triste? ¿Por qué a veces nos da por ponernos canciones deprimentes una y otra
vez? Un estudio en Japón trata de responder estas cuestiones
La música juega un papel fundamental en nuestras vidas.
Cuando estamos eufóricos, nos encanta ponernos las canciones que más nos gustan
a todo volumen. Por contra, en peores épocas somos capaces de escuchar una y
otra vez la música triste que nos parece más deprimente posible.
¿Por qué ocurre esto? ¿Somos personas que nos gusta tener
tendencias suicidas y melancólicas? ¿Por qué si nos encontramos mal, nos da por
repetir una y otra vez música triste que sabemos que no va a cambiar nuestro
estado de ánimo? No hay duda de que cada persona es un mundo, pero muchas veces
las canciones nos trasladan a una época melancólica y nostálgica de nuestras
vidas.
Ahora investigadores de la Universidad de Tokio han tratado
de responder a estas preguntas. Mediante un artículo publicado en Frontiers in
Emotion Science han querido averiguar qué clase de emociones se despiertan en
nosotros mismos cuando escuchamos música triste. Piensa por ejemplo en
cualquier canción que te genere una sensación un tanto depresiva, ¿qué
sentirías?
En el caso de este trabajo de investigación, en el que han
participado 44 voluntarios, entre músicos y aficionados, las respuestas han
sido variadas. La idea es que cada persona escuchara dos piezas de música, una
de tono más alegre (el Allegro del concierto en G mayor de Granados), y otra
más triste (que podía ser una obra de Blumenfeld u otra de Glinka).
Tras escuchar dos piezas (una alegre y otra triste), los
voluntarios debían explicar qué clase de emociones sentían. Los investigadores
trataban de entender qué sensaciones despertaban en el cerebro de los
participantes la música triste, de forma que se pudiera entender por qué nos
gusta tanto en ocasiones ponernos melancólicos (al menos musicalmente
hablando).
La idea que obtuvieron como resultado podríamos considerar
que es un poco de perogrullo. Es cierto que la música triste despertaba
tristeza en los participantes, pero dado que esta emoción no es positiva, algo
más tenían que sentir los voluntarios, según los científicos. El trabajo apunta
a que en realidad se provoca una emoción contradictoria, y que de alguna
manera, la música triste también nos despierta buenos recuerdos, por eso nos
engancha tanto.
Será cuestión de pensar qué ocurre en nuestras mentes cuando
escuchamos música triste y por qué a veces nos da por ponernos canciones más
deprimentes, en lugar de tratar de levantarnos el ánimo. Personalmente, creo
que la música de este tipo me da una sensación un tanto nostálgica de recuerdos
de otras épocas, y eso hace que a veces me evada con estas canciones. ¿Qué
emociones os despierta a vosotros la música triste?